Publicado en Novela contemporánea

Salama: «La novela permite la coexistencia pacífica entre pueblos»

E.M.Gallego

La autora Luisa Salama ha presentado en la Librería Antonio Machado de Madrid su novela ‘Que se aclaren los días’ (Nagrela Editores) ante un nutrido grupo de asistentes interesados en los detalles del que es el tercer libro de la autora, que confesó cómo desde hace 24 años escribir se ha convertido en un “refugio” que le permite vivir a través de sus personajes. Preocupada por el fondo, la forma y el contexto histórico, presenta su novela 50 años después de la guerra de Yom Kipur en el marco de “otro ataque sorpresa, en un momento tan triste con el conflicto de Medio Oriente abierto”. “Un momento en el que existe tanta polarización y deshumanización y ha vuelto a surgir con fuerza el antisemitismo”.

Yom Kipur

Desea, así, que el libro pueda traer algo de luz. Durante el evento, Salama ha viajado al pasado, hasta la guerra de Yom Kipur porque estuvo allí y sintió la necesidad de transmitir la huella que dejó en ella. Ha escrito ‘Que se aclaren los días’ arropada por los testimonios de personas que, de alguna manera, habían vivido también la guerra y querían contar su historia. “Los personajes y las tramas fueron saliendo solos. Me di cuenta de que esta guerra fue importantísima no solo para Israel y Medio Oriente sino para el resto del mundo, a pesar de que solo duró tres semanas. Y mi forma de transmitir toda esa información es a través de la novela, desde dentro, a través de historias de gente normal y de diferentes credos”, explica la escritora, que ha estado acompañada por la periodista Mercedes Monmany y el filósofo Gabriel Albiac.

‘Que se aclaren los días’ es una novela con el trasfondo histórico de la guerra de Yom Kipur en Israel, que estalla a raíz de los ataques sorpresa conjuntos de Siria y Egipto en octubre de 1973. Se trata de un libro de guerra, pero también de amor y de amistad, donde personajes muy distintos y de diferentes religiones van entretejiendo sus vidas en el caos. La historia empieza con el viaje que hace Judit, una española de 17 años, a Israel para estudiar en la Universidad Hebrea de Jerusalén en 1972. Judit no conoce ese país, tampoco tiene una visión clara de la historia que ha llevado a su constitución.

Ella es el hilo conductor de una trama en la que también participan personajes como Elior y como Avi, un espía sirio que trabaja para el Egis, el servicio de inteligencia egipcio, y Yael, marroquí rebelde, que no acepta las tradiciones milenarias ni las costumbres judías y cuestiona el rol de la mujer y todas las decisiones de su gobierno. “Sus padres representan el enorme exilio que fue produciéndose desde el establecimiento del Estado de Israel en 1948 y durante todas las guerras posteriores, de los judíos que vivían en diferentes países árabes y que, con mayor o menor violencia, se vieron obligados a dejar sus casas y formas de vida”, resalta la autora.

Mensaje conciliador

La escritora ha invitado a adentrarse en estas páginas y bucear entre los deseos tan fuertes de unos personajes que luchan por conseguir sus metas en un entorno muy complicado. No quiere que las historias se escoren hacia ningún lado. “En mi narración no hay intención de proselitismo”, afirma rotundamente.

Existe el deseo, dice, de transmitir los dramas familiares que transcurren paralelos a las decisiones políticas “con un mensaje conciliador” y de poner de relieve “el factor sorpresa, lo inesperado del ataque en una festividad en la que los judíos estaban en ayuno y pensaban que las guerras eran una cuestión del pasado, creían que sus grandes fronteras les protegerían y confiaban en su gobierno”.

Así, reitera que ha pretendido crear un pequeño mundo con una pluralidad de personajes, una novela que humanice y saque la parte buena de las personas. Una novela que haga sentir y que “genere emociones y permita la coexistencia pacífica entre los diferentes pueblos”.

Mercedes Monmany

Por su parte, la periodista Mercedes Monmany destaca cómo este libro está “perfectamente” trazado a base de unos personajes que hablan por sí mismos, que están “muy bien diseñados, especialmente los femeninos” y que Luisa Salama lo ha hecho sin caer en la novela histórica “con muchos datos que a veces ahogan la acción”.  De este modo, Monmany ha incidido en la “madurez” de una novela “nada farragosa y con una buena dosificación de la información” mientras que el filósofo Gabriel Albiac se pronuncia en la misma línea haciendo hincapié en que a partir de cierto momento de la escritura de una novela “el autor debe dejar la voz a los personajes obedeciendo a sus propias reglas discursivas y cargando cada uno con unas responsabilidades y valores específicos”.

Gabriel Albiac

Para Albiac, ‘Que se aclaren los días’ tiene valor como relato de aprendizaje, de rito de paso a la edad adulta en el ámbito extremo que supone una guerra “donde las pasiones humanas llegan a su límite”. “Esto plantea al escritor problemas que no son fáciles de resolver porque está haciendo ficción y no historia, que se da por supuesta”.

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Salama: «He pretendido escribir una novela de guerra que humanice, que saque la parte buena de las personas»

E.M.Gallego

Luisa Salama estudió Economía, pero siempre le apasionó escribir y comunicar historias. Para materializar este deseo ha escrito hasta la fecha las novelas El cielo en tu boca, María Enedina y Que se aclaren los días.

Fue muy joven a Jerusalén y ha comentado que fue una experiencia que le marcó enormemente. Imagino que de esta circunstancia nace su novela Que se aclaren los días. ¿Es así?

Sí, viajé a Jerusalén muy joven, recuerdo que no tenía miedo y me parecía vivir en el centro del mundo en el sentido de que las tres culturas, las tres grandes religiones convivían en hermandad. Era la época de los hippies, se hablaba de paz, los israelíes se creían fuertes y pensaban que su Gobierno les protegía. Y en ese ambiente festivo y que nos procuraba tanta seguridad, en el día más sagrado del año judío, todos escuchamos las sirenas, las alarmas anunciando una guerra que nos sorprendió, lo que luego se llamó la Guerra de Yom Kipur.

¿Qué pasó en Jerusalén mientras estuvo allí y qué fue lo que más le llamó la atención?

El 6 de octubre de 1973, en el día de kipur, el ayuno, las sirenas anunciaban un ataque conjunto de la alianza de Siria y Egipto. Siria atacaba a Israel en el norte, en los Altos del Golán y Egipto en la frontera sur, que en esa época estaba en la línea Bar Lev, a lo largo del Canal de Suez. Nadie lo esperaba y se produjo el caos en la población. El ataque ocurría en el día más sagrado del año judío. La gente estaba con sus familias o de vacaciones y no fue fácil la movilización de los reservistas. El ejército de Israel se nutre básicamente de la sociedad civil, estudiantes, camareros, empresarios, oficinistas, maestros, etc. Los reservistas salían entonces a la desesperada a encontrar a sus unidades.

Nuestro mundo cambió de repente, -como cambia siempre en una guerra cuando se está dentro-. No existía futuro, solo incertidumbre y presente. No podíamos ser felices y entonces me di cuenta de que lo más importante era la paz, que en nuestras vidas dábamos por segura. Nadie sabía lo que iba a ocurrir, ni si los misiles llegarían a las ciudades importantes y los enemigos acabarían con Israel, solo sabíamos que teníamos que correr a los refugios cada vez que sonaba la sirena.

¿Cómo se ha documentado en este proceso de escritura?

Esta experiencia me produjo una huella importante, 40 años después me surgió la necesidad de entender los acontecimientos que precipitaron ese triste 6 de octubre de 1973 y empecé a leer y a estudiar. Entonces me di cuenta de que había vivido una guerra muy importante, una guerra de supervivencia para el estado de Israel y que hizo sentirse vulnerables a los israelíes. Fue también la guerra que permitió, por primera vez, la paz con un país árabe, Egipto; paz y reconocimiento que perdura. Después Israel firmaría acuerdos de paz con otros países árabes.

¿Cuánto ha durado el proceso de escritura hasta acabar la novela?

El proceso ha sido largo y laborioso. A través del estudio de la historia y testimonios de los que vivieron esa guerra, voluntarios, soldados, heridos, prisioneros… fueron surgiendo los diferentes personajes. Siempre he tenido el deseo de reflejar el lado humano, el lado de las familias, las mujeres, además de los soldados, y no solo desde el punto de vista de los israelíes sino también del otro lado de las fronteras.

La novela tiene un narrador omnisciente, ¿por qué, habiendo vivido los acontecimientos, no escribió el relato en primera persona?

El primer borrador fue en primera persona, pero aquello no me permitía mostrar la complejidad que yo buscaba. Así que me decidí por escribir en tercera persona con cuatro narradores, cuatro voces, las de los protagonistas, lo que me permitía un espectro mucho más amplio para contar la historia. De manera que los capítulos de los diferentes personajes se van alternando a lo largo de la novela, entrelazándose.

¿Son reales los personajes? ¿Cómo ha sido su construcción?

Los personajes no son reales, pero surgen, como digo, del estudio de la historia y sus deseos y peripecias son reflejo de muchos testimonios reales. En su elaboración he pretendido que sus historias se pudieran leer como relatos independientes a través del avance de la novela.

¿Hasta dónde llega el punto de realidad en esta novela y hasta dónde la ficción?

Es una novela y, como tal, es ficción, pero la parte histórica es real y los personajes reflejan mundos reales.

A raíz de la guerra entre Israel y la Alianza de Egipto con Siria, en esta novela ha querido narrar el lado humano de las dos partes del conflicto. ¿Le ha resultado difícil mantenerse neutral y ofrecer una visión objetiva de los acontecimientos?

No me ha resultado difícil porque me he nutrido de diferentes autores y, en este aspecto, me gustaría resaltar el libro de Jehan Sadat A woman in Egipt, que me permitió dar vida con mayor profundidad a dos personajes árabes de la novela y adentrarme en sus miedos y razones.

¿Cómo ha conjugado en la narración dos polos tan opuestos como son el amor y la guerra?

Mis personajes son jóvenes diferentes que luchan por conseguir sus objetivos en un ambiente muy complicado. El amor, de una u otra forma, está siempre presente en sus vidas. No creo que hubiera podido escribir esta novela sin amor. El amor es un motor poderoso, potente y universal que nos mueve y que nos sostiene en los peores momentos. En las novelas impulsa la narrativa y nos permite entender a los personajes, los humaniza.

Que se aclaren los días es un relato de aventuras, pero también tiene una parte didáctica para quienes desconocen los pormenores de la guerra de Yom Kipur, ¿es consciente de esta responsabilidad?

Sentí la necesidad de transmitir lo que había aprendido y la novela es mi medio de hacerlo. Detrás de sus páginas existe el deseo profundo de entretener mediante las diferentes tramas, pero también de aportar enseñanzas históricas y ayudar a comprender mejor la complejidad del conflicto de Israel y los países árabes. He pretendido escribir una novela de guerra que humanice, que saque la parte buena de las personas.

ACTUALIDAD

Han pasado 50 años del conflicto protagonista de su libro, pero desgraciadamente las guerras no se erradican. ¿Cómo está viviendo lo que está pasando entre Israel y Hamás?

Con muchísima tristeza y congoja. El siete de octubre, cuando se cumplían 50 años de la guerra de Yom Kipur, Israel fue atacado de nuevo en un día sagrado, pero esta vez por un grupo terrorista que amenaza su supervivencia. Hamás atacó a la población civil de treinta kibutsim y un concierto para la paz. Las imágenes grabadas por los propios terroristas a través de sus cámaras Go-pro y móviles así como cámaras de seguridad muestran horribles crímenes contra la humanidad de más de 1.200 personas en un solo día, que no veíamos desde el Holocausto. Bebés en una guardería sacados de sus cunas y masacrados, padres abrazados a sus hijos quemados vivos, ancianos, mujeres y niñas violadas, una mujer embarazada a la que abrieron la barriga para matar a su bebé… y 240 rehenes (no solo israelíes, de muchas nacionalidades, y no solo judíos también beduinos israelíes). No me gusta volver a ello, es demasiado doloroso, pero es muy importante que exista repulsa universal a este crímen contra la humanidad.

Y este ataque terrorista que provocó que Israel declarara la guerra a Hamás, llegaba justo cuando se estaban negociando acuerdos de paz entre Israel y Arabia Saudita así como con otros países árabes. Acuerdos muy importantes para la paz en la región, que se frenaron con la guerra empezada por Hamás, grupo terrorista que no solo secuestró rehenes en Israel, sino que tiene secuestrado a su propio pueblo como escudos humanos, de ahí el doble crimen.

El ataque de Hamás contra la población civil, en lugar de generar una unánime repulsa y solidaridad por las víctimas, ha aumentado el antisemitismo en el mundo, lo que es muy preocupante.

LITERATURA

¿Nos puede adelantar algo de algún nuevo proyecto entre manos?

En estos momentos estoy escribiendo una saga familiar con el telón de fondo de las guerras de España y Marruecos.

¿Se ha dedicado siempre a la literatura?

Digamos que llevo escribiendo desde hace más de veinte años, siempre esforzándome en mejorar los textos. Cuando comencé solo pensaba en el fondo, creía que lo importante era la historia que quería contar. Con los años me he ido dando cuenta de que la estructura, el narrador o narradores, las voces, el tono, la cadencia, los personajes, las tramas, el impulso narrativo, los diálogos, las descripciones… en definitiva la forma es importantísima en la escritura. Así que ahora me preocupa todo: la forma, el fondo y el contexto histórico, por supuesto, el mundo en el que viven mis personajes.

¿Por qué decidió tomar este camino de la escritura?

Siempre me gustó poder comunicar historias y mi forma de hacerlo es a través de las novelas. Si lo que escribo le sirve a alguien para mejorar algún aspecto de su vida me sentiría muy satisfecha.

¿Cuál es su mayor obstáculo a la hora de escribir un libro?

El tiempo. Mis novelas requieren mucho tiempo de soledad y de silencio, lo que no es a veces compatible con la vida. Siempre que vuelvo a leer un borrador cambio algo, nunca me quedo cien por cien satisfecha.

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Que se aclaren los días

E.M.Gallego

Sinopsis

El 5 de octubre de 1973, víspera del día de Kipur, el día del perdón, la relación entre el joven Estado de Israel y sus vecinos se complica de golpe. El 6 de octubre suenan las sirenas anunciando la guerra entre Israel y la Alianza de Egipto con Siria. El caos lo envuelve todo, trastocando las vidas de los personajes, poniendo a prueba un coraje desconocido y las convicciones ciegas.

Opinión

En el epicentro de Que se aclaren los días está la guerra entre Israel y la Alianza de Egipto con Siria que estalló el 5 de octubre de 1973, víspera del día de Kipur, el más importante para el judaísmo. Para Judit, Elior, Avi, Ariel, Yael, Alain y Leah nada volverá a ser lo mismo. Son los protagonistas de este estremecedor relato de la autora Luisa Salama, donde se declara la guerra, lo arrasa todo y termina dejando un reguero de consecuencias, algunas irreparables.

Es una novela de personajes jóvenes que por encima de todo anhelan la libertad aunque para cada uno de ellos esto suponga tomar decisiones muy dispares en su corta existencia. Judit viaja hasta Jerusalén desde Madrid para estudiar en la Universidad Hebrea y se instala en su campus por obligación de su madre. Allí conoce a Avi, un espía sirio que trabaja para el Egis (Servicio General de Inteligencia egipcio) y a Elior, que terminará convirtiéndose en una buena amiga. Alcanzar la libertad requiere una verdadera lucha para unos personajes sobre todo femeninos que quieren elegir por sí mismos a la persona con la que casarse y tener proyectos personales que no dependan ni de padres ni de esposos.

Ardua documentación

Narrada en tercera persona, la novela puede presumir de una ardua labor de documentación. El 6 de octubre de 1973 las sirenas anuncian el caos y el conflicto pone a prueba a unos personajes tan bien perfilados como lo están los escenarios en los que se desarrolla la trama. La historia comienza en octubre de 1972 con la llegada de Judit a Jerusalén. Desde el principio disfrutamos de una narración absolutamente envolvente, que nos traslada a calles con olor a hierbabuena y especias y también, lamentablemente, con tufo de metralla después de que estalle la guerra.  

Salama ha articulado la novela en 47 capítulos ágiles y fáciles de leer que nos ofrecen conocimientos de diferentes culturas y religiones y sitúa al lector en un ambiente bélico entre la coalición de países árabes liderada por Egipto y Siria, que querían recuperar el Sinaí y los Altos del Golán, e Israel y que se prolongó desde el 6 y hasta finales de octubre de 1973. De este modo, entre costumbres y celebraciones en honor a los antepasados y una buena convivencia entre árabes, cristianos y judíos transcurre la primera parte del relato.

La segunda torna en un texto mucho más cruento, que consigue ponernos en la piel de unos personajes variopintos a los que echaremos de menos cuando acabe el libro. Unos no tienen miedo a la guerra, otros se ponen muy nerviosos y otros vierten disertaciones que bien valen para la actualidad. Lamentablemente, las guerras no pasan de moda. ¿Por qué antes no era feliz si lo tenía todo?, se preguntan algunos cuando estalla este conflicto bélico.

Relaciones personales

Que se aclaren los días narra cómo la coalición árabe lanza un ataque en los territorios conquistados por Israel en la guerra de los Seis Días de 1967. A pesar de la dureza del relato, las relaciones personales ocupan buena parte de la historia, que tiene en la amistad y en el amor el antídoto contra un clima hostil. Y en contra de lo que pudiéramos esperar,  estas páginas de Salama, autora también de El cielo en tu boca y María Enedina, revelan también la solidaridad entre enemigos como un buen camino hacia la esperanza. Que se aclaren los días se mueve entre los géneros de la novela histórica y de aventuras. Se trata de una lograda narración que nos muestra el lado humano de los dos bandos de esta guerra.

Declaraciones de la autora

Que se aclaren los días nace en 2013, cuarenta años después de la guerra del Yom Kipur. “Este hecho me dejó una huella importante, como imagino a todos los que, de una forma u otra, viven conflictos armados. Entonces era muy joven y no entendía lo que pasaba a mi alrededor. Con los años, he necesitado comprender los acontecimientos que precipitaron ese triste 6 de octubre de 1973. A través del estudio y las lecturas de testimonios, han ido apareciendo los personajes que dan vida a esta historia, con el deseo de reflejar el lado humano, no solo desde el punto de vista de los israelíes, sino también del otro lado de las fronteras”, declara su autora.

Ficha técnica

Autora: Luisa Salama

Sello editorial: Nagrela Editores

Año de publicación: 2023

Número de páginas: 416

Temática: Histórica