Publicado en Comedia, Novela contemporánea, Novela de suspense, novela romántica

Costa Azul

E.M.Gallego

Mamen Sánchez publicó su última novela en junio de 2020, cuando era tan necesario leer para olvidar por momentos la pesadilla que estábamos viviendo con la pandemia del coronavirus e incluso la autora tuvo el gesto de dedicar ‘Costa Azul’ a los héroes de aquel año. Les brindó, a ellos y a sus lectores, un libro muy en su línea de escritura feel good, que se agradece en coyunturas especialmente difíciles. La novela no tiene otra pretensión que la de divertir y hacer pasar un buen rato. Es cierto que esta tendencia es común en su haber literario si bien algunas veces lo consigue y en otras, como es el caso, no tanto. Su fórmula de tramas disparatadas, enrevesadas, cómicas e incluso surrealistas en esta ocasión no está a la altura de sus novelas antecesoras.

Documentación

Es evidente el trabajo realizado por la escritora madrileña en cuanto a la documentación para hacer posible este relato que surgió en su imaginación mientras leía libros y revistas sobre la época y el lugar en el que está ambientada esta aventura. Como explica en el epílogo, descubrió personajes fascinantes, cuyas vidas reales superan en mucho a la ficción como el viaje secreto de la reina Isabel Gabriela de Baviera en plena guerra fría a Varsovia y las curiosas anotaciones en los cuadernos del primer ministro Van Acker sobre el rey Balduino y su madrastra. En estos escritos está la raíz de una historia que no ocurrió en realidad, ni tampoco hubo conspiraciones para espiar al rey de Bélgica ni las vacaciones del monarca en la Costa Azul, ni las fiestas de disfraces ni el tráfico de obras de arte. Todas estas situaciones emergen en el relato de la novela que aborda la investigación emprendida tras los rumores que surgen, en julio de 1956 en Bélgica, de que el joven rey Balduino mantiene un romance con su madrastra Lilian de Rethy.

Unas habladurías que se incrementan cuando ambos emprenden un viaje a la Costa Azul y que, en cierto modo, obligan a que el primer ministro envíe a Niza al agente secreto Pierre Pierlot para averiguar si son o no ciertos estos cotilleos que se extendían por todo el país. Sin embargo, todo se tuerce cuando una intrigante mujer se cruza en su camino.

Comedia romántica y misterio

En apariencia, la periodista presenta un planteamiento jugoso que se mueve entre la comedia romántica y entre los libros de misterio. En las primeras páginas nos atrapa con ese suculento y supuesto romance entre el rey de Bélgica y su madrastra y con los primeros pasos de una investigación que, a todas luces, tiene visos de representar un desastre por lo surrealista que a veces parece el encargado de una misión tan importante y de carácter nacional como es el agente Pierre Pierlot, que sin comerlo ni beberlo se convierte en el protagonista de la novela cuando conoce a la inquietante Gúdula y se adentra en un mundo en el que nada resulta ser lo que parece. El personaje es cómico y, como tal, esperamos de él que aboque a la carcajada hilarante, divertida y jocosa. Sin embargo, la construcción de Pierre Pierlot se queda a medio hacer.

Una obra que no culmina precisamente porque la situación más absurda, provocada en el entorno de su madre con sus vecinos, se cruza con una investigación de tal relevancia yendo a parar a una resolución que llega antes de tiempo. Si el chicle se hubiera estirado mucho más puede que hubiese alcanzado un digno, al menos, grado de comicidad.

Discurso existencial

En ‘Costa Azul’ lo que sí son reales son todos los escenarios que aparecen a lo largo de las casi trescientas páginas que lo conforman. Las villas, playas, hoteles, jardines, pueblos, palacios y un largo etcétera de glamour y de paisajes idílicos que aparecen en sus páginas nos ponen los dientes largos especialmente en estas fechas de vacaciones y descanso.

El lujo en el que se movían las clases altas de los años cincuenta está muy bien descrito; lo que ocurre es que se cruzan tintes históricos que salpican el relato con un tono más serio que, a veces, parece que está fuera de lugar en un texto que es mayoritariamente cómico y de enredo. Mamen Sánchez de repente sorprende a los lectores con un discurso más existencial con el que aborda las consecuencias que dejan las guerras en los países y en las personas.

Dos tramas sin ensamblar

Al supuesto romance que a todas luces iba a ser el nudo principal de ‘Costa Azul’ le atraviesa otra trama relacionada en este caso con el tráfico ilegal de obras de arte. Pero no se ensamblan en el punto justo para que hubiera resultado una novela cargada con un poco más de sentido. Las historias se cuentan en tercera persona por un narrador que, no obstante, se permite enjuiciar a los personajes, y se desarrollan en un total de 31 capítulos y un epílogo. Predomina un lenguaje fácil, fresco y ágil que ya es típico de la autora.

Sin pretensiones

En definitiva, un libro sin mucha pretensión y carente de emoción. Le falta un poco de sal y puede que la apuesta podría haber sido ganadora si ‘Costa Azul’ se hubiera centrado en una sola de las dos historias que Mamen Sánchez presenta y, de esta manera, haber logrado más énfasis, profundidad y emoción a esas habladurías de peluquería y elevar la historia hasta el puesto que se merecía.

Ficha técnica

Autora: Mamen Sánchez

Sello editorial: Espasa

Fecha de publicación: 2020

Número de páginas: 296

Temática: Romántica. Suspense.