Publicado en Novela contemporánea

París despertaba tarde

E.M.Gallego

Sinopsis

Alice Humbert tiene el alma desgarrada. Erno Hessel, el amor de su vida, la ha dejado para irse a Nueva York. Estamos en París, 1924, la ciudad se prepara para albergar los Juegos Olímpicos, fundados bajo el símbolo de la unión y la hermandad. Las calles estallan de júbilo y Alice se deja envolver poco a poco; trabaja como modista en su tienda mientras escribe cartas, cuida a sus hermanos y se apoya en la protección de sus amigas, especialmente en la vitalidad de la gran Kiki de Montparnasse.

Opinión

Máximo Huerta (Utiel, Valencia, 1971) vuelve a disparar un delicioso arsenal de prosa poética en su última novela París despertaba tarde. Mientras la capital de Francia se prepara para los nuevos Juegos Olímpicos de este verano, el autor se retrotrae cien años y nos abre las puertas de una ciudad inmersa en la organización de las Olimpiadas de 1924, donde la vida era pura ebullición y el arte la salvación tras dejar atrás los años oscuros de la guerra.

París

De sobra conocida la fijación del escritor por la Ciudad de la Luz, con este nuevo relato apuntala definitivamente su obsesión y despliega una ambientación atinada para despertar en cualquiera de nosotros el deseo de visitar los escenarios que aparecen en sus casi 500 páginas si es que no lo hemos hecho ya.
París despertaba tarde fluctúa entre el protagonismo de una ciudad inspiradora, nostálgica y bohemia y el de un personaje que, para los adeptos a su literatura, no es desconocido. Alice Humbert aparece mejor retratada que nunca después de ser abandonada por Ërno Hessel para irse a Nueva York. Mientras Chanel marca tendencia, el cine es toda una revolución y más de 3.000 atletas van llegando a París, Alice vive para su trabajo como modista y conoce a gente de todo tipo a pesar de que regenta una tienda que es pequeña en el 10 de la Rue du Pont Louis-Philippe. Desde filántropos a las modelos que posaban para pintores, fotógrafos y otros artistas. Ellos, de renombre. Ellas, anónimas.

Mujer

Y es que el autor ensalza a la mujer hasta las cotas más altas. En concreto, a aquellas que fueron retratadas, fotografiadas y esculpidas, pero cuyo nombre se disolvió en cuadros abstractos, impresionistas y cubistas de salones, restaurantes caros y museos. Alice está muy bien dibujada, pero Huerta nos la presenta con características de mujer casi perfecta y esto quita un ápice de realismo a la novela. No obstante, es el rostro de todas ellas. No solo la conocemos por lo que cuenta sino también por las cartas que escribía a Ërno tras su marcha a Estados Unidos. Esta correspondencia intercalada con la narración rompe la estructura y la hace más ágil y amena como contrapeso a una narrativa predecible y falta de tensión, pero que estremece por su lirismo.

Primera persona

Nacida casi a la par que el siglo XX, Alice Humbert es la narradora de esta novela que transcurre entre 1924 y 1925. Una voz en primera persona que conmueve en sus reflexiones sobre la culpa, el arrepentimiento, el perdón, la familia, la guerra o la maternidad. Pero por encima de todo París despertaba tarde rebosa amor y amistad. Es un relato en carne propia que emociona ante las partidas sin fecha exacta de vuelta y conmociona con las que son para siempre.

Huerta firma otra historia de amor con ramificaciones. La que gira en torno a un enamoramiento puede que precipitado y la que confirma que el pasado siempre está dispuesto a llamar a la puerta. Ambas avanzan entre hilos, patrones y dobladillos dentro de esta boutique parisina, en la que reciben el encargo de diseñar unos vestidos de fallera que, convertidos en vidriera, están en el altar de San Ignacio de Loyola del Sacré-Coeur. Curiosidad real que es el embrión de esta novela.  

Personajes

Los hermanos de Alice -Jules y Claire-, su pareja Ërno Hessel, el nadador polaco Alexander Belov, la modelo y bailarina Kiki de Montparnasse, la huérfana Hortense y la filántropa Madeleine LeClercq acompañan a Alice por estas páginas. Solo Kiki podría pujar en protagonismo porque al final resulta clave en la trama y porque fue un personaje real. Man Ray, Monet, Coco Chanel, Ernest Hemingway, Modigliani, Pierre de Coubertin, Scott Fitzgerald y André Citroën aparecen también para contextualizar los años veinte en la ciudad gala y dar naturalidad al libro. Ninguno de ellos está de más, pero la pluma de Huerta es categórica. No hay discusión. Alice Humbert es el núcleo de esta novela. Solo París, amenazada por atentados anarquistas en este periodo de entreguerras, puede hacerle sombra.

Ficha técnica

Autor: Máximo Huerta

Sello editorial: Planeta

Año de publicación: 2024

Número de páginas: 472

Temática: Contemporánea

Enlace

También podéis acceder a la crítica en este enlace:

https://quelibroleo.com/paris-despertaba-tarde

Publicado en Novela contemporánea

Tierra sin hombres

E.M.Gallego

Sinopsis

Las hermanas Elisa y Sabela crecen en una pequeña aldea cercana a Ferrol, donde su madre, Rosalía, una leiteira pobre, las cría sin la ayuda de su marido. Mateo emigró a América para iniciar un negocio que nunca concluyó. Cuando Rosalía comienza a planear la boda de su hija Elisa con Eloy, el único bachiller del pueblo, no cuenta con que Sabela se ha enamorado de él y que el guapo minero Martín tiene otros planes para Elisa.

Opinión

La losa que soportan Rosalía, Elisa y Sabela no es tanto vivir sin hombres o ser ‘viudas de vivos’ como las habladurías y el qué dirán de las gentes que, como ellas, habitan en Cobas, una pequeña aldea cercana a Ferrol. ‘Viudas de vivos’, mujeres cuyos maridos se iban a América a buscarse la vida mientras ellas cargaban con la casa, la familia, tierras y animales y también con las murmuraciones y chismes, a las que Rosalía de Castro ya mencionó en sus obras poéticas.

Inma Chacón (Zafra, Badajoz, 1954) publicó en 2016 el homenaje a estas féminas, donde narra la existencia de las hermanas Elisa y Sabela y cómo su madre, a espaldas del mundo, tejió una vida para ellas con artimañas basadas en secretos y mentiras creyendo que de este modo desafiaría al destino. Rosalía, una humilde lechera, tiene que sacarlas adelante sola porque su marido Mateo emigra y le deja como única ayuda a su hermano Manuel, un hombre sordo desde la niñez.

Intrigas familiares

Contada en tercera persona, el narrador de la novela se desliza hasta las profundidades de los personajes y de su pluma no solo aflora la psicología de estos sino también un juicio de sus pensamientos y sus actitudes remando así a favor de la involucración del lector en el texto. Basado en la historia real de la abuela de un amigo de la autora, Tierra sin hombres arrolla por donde pisa gracias a esas intrigas que en casi todas las familias ‘haberlas, haylas’. Con Chacón nos mudamos a la Galicia de finales del siglo XIX y principios del XX y, en concreto, a un hogar con dos hijas tan diferentes que en sus figuras recogen toda la miga de la novela, que arranca con la escena de un entierro al que el narrador volverá al inicio de cada capítulo.

“El aguacero descargó sobre el camposanto como si quisiera cobrarse una deuda. Y, a lo lejos, el mar embravecido y triunfante, levantado sobre sí mismo para que todos supieran que también él había acudido al entierro”.

A la Galicia de playas vacías, lluvia constante y de creencias ancestrales se aferra la autora extremeña rindiendo justicia literaria a esa tierra de temporales con la descripción de espacios en una conseguida evasión del lector. No podría haber sido otro punto geográfico que Galicia para mover los hilos de un plantel de personajes de excepcional construcción. Pero no nos dejemos engañar por el título. Tierra sin hombres es un libro donde precisamente estos tienen gran significación.

La prosa envolvente y sencilla -con algunas palabras en gallego- de Inma Chacón da luz a personajes redondos y muy complejos ya sean mujeres o varones. Rosalía quiere que su hija Elisa se case con Eloy, pero Sabela también se ha enamorado de él. Y el minero Martín embarulla el argumento y completa, junto con Manuel, el trío de personajes masculinos que más sobresalen en este relato intrigante, romántico y costumbrista donde el papel que representan la religión, profecías y las supersticiones redimen un texto a veces repetitivo y al que le sobran unas cuantas páginas.

Continuos saltos temporales

El tiempo que abarca la novela va de 1910 a 1921. Se trata de una continua retrospección por la que el narrador nos guía sin pérdida alguna. Estos infinitos saltos temporales vuelven siempre al plano del entierro con el que arranca esta novela de historias familiares que se repiten de padres a hijos, conmovedora por momentos y desgarradora y opresora en otros. Algunas páginas nos mantienen en vilo con párrafos de celos y pasiones y en otras la sensación es que ya antes hemos pisado ese terreno dentro de esta saga familiar.

Ficha técnica

Autora: Inma Chacón

Sello editorial: Planeta

Año de publicación: 2016

Número de páginas: 480

Temática: Contemporánea

Publicado en Novela contemporánea, Novela de suspense

Un océano para llegar a ti

E.M.Gallego

Sinopsis

Tras la muerte de su madre, Gabriele vuelve al pueblo de los veranos de su infancia. Allí le espera su padre, con el que no habla desde hace años. Los secretos que Greta desvela en las cartas que deja a su familia terminarán con el silencio entre padre e hija y, como en un dominó, alterarán la vida de todos y propiciarán un encuentro inesperado que hará que Gabriele descubra que en la vulnerabilidad se halla la magia de la vida.

Opinión

Cumplir el último deseo de Greta es el eje sobre el que pilota ‘Un océano para llegar a ti’, la nueva novela de Sandra Barneda y con la que quedó finalista del Premio Planeta de 2020. Tras su muerte repentina, su hija Gabriele vuelve desde Barcelona hasta Candeleda, donde se encuentra con un padre abatido por este hecho inesperado y con el que hace años que no se habla. El deseo es que esparzan sus cenizas en un lugar en el que hubieran sido felices. Greta, que ya sabía que estaba enferma, deja tres cartas que desatarán un tsunami interior en su marido y en su hija.

Sentimientos y emociones

La novela está contada en tercera persona si bien el narrador se introduce en las entrañas de los personajes, sobre todo de los protagonistas para diseccionar sus sentimientos, emociones y sus estados de ánimo tras un acontecimiento que siempre resulta tan doloroso. La prosa de Barneda, a la que ya había leído anteriormente, transmite, se nota su empeño para que lo que pasa por dentro de Gabriele y su padre Félix, un antiguo trabajador del Museo del Prado ya jubilado, no pase de puntillas por dentro de quien tenga el libro en sus manos. Al contrario, pisa con garbo hasta hacer que el lector se sienta tan protagonista como ellos tras la pérdida de un ser querido. La narración del duelo destila una cascada de reflexiones sobre todos los cimientos que se tambalean cuando esta persona ya no se encuentra entre nosotros.

Cincuenta días

El tiempo de la historia, con sus subtramas, transcurre desde ese octubre en que Gabriele tiene que dejar Barcelona, donde vive con su amigo Luis, un marchante de arte, hasta cincuenta días después que es cuando la religión budista, que profesaba su madre, considera que ha pasado el tiempo suficiente para la reencarnación del alma.

Y allí se planta, en el municipio abulense de Candeleda, donde se reencuentra también con la hermana de su padre, la Sole, un personaje secundario, que bien podría ser cabeza de este cartel por su valentía para romper con los cánones de las mentes tradicionales del pueblo y sobre todo las de su propia familia.
Entre Gabriele, artista que roza los cuarenta, y Félix, de 67 años, hacía tiempo que se había abierto esa inmensidad del océano al que hace referencia el título. Ese abismo que se origina entre padres que no aceptan que sus hijos tienen todo el derecho a vivir a su manera y no como ellos habían deseado por muy válidos o provechosos que hubieran sido sus pasos. De ahí que su llegada a Candeleda y su estancia de casi cincuenta días parezca a priori un mero trámite. Sabemos que no será así, que se revelarán secretos familiares de hondo calado y que, como es previsible, cambiarán el curso de la historia resultanto esta un poco predecible.

Redundante

El interés de la autora es claramente abordar las sensaciones, la evolución de los personajes desde el punto de vista de sus sentimientos y logra cerrar una historia redonda si el punto de vista es el intimista. Pero claro, si ponemos el foco en lo que pasa fuera de este potente universo interior que tan bien perfila Barneda, el lector choca con un filón de intriga que de tanto darle vueltas y vueltas se hace tan pesado que ni pone en vilo al lector ni nada de nada.
Se trata de un título muy lento que resulta ser como el día de la marmota sobre todo en lo relativo a las tramas que tienen que ver con el amor. Que sí, que no, que nunca te decides… A ‘Un océano para llegar a ti’ le sobran unas cuantas páginas y le falta peripecia.
Si por algo merece la pena su lectura, como dije anteriormente, es por la descripción que hace Barneda de las emociones y las relaciones humanas.

Y tan buena es la edificación de los personajes de Gabriele y de su padre como la arquitectura de la tía Sole. Crece en ella un ansia de libertad que, en el fondo, germina en todos los personajes, pero cada uno lo gestiona como quiere o como puede en un pueblo en el que todavía los visillos se abren y se cierran demasiado. Y para ella y su novia Ada desde luego no es el ambiente más propicio para vivir como cualquier hijo de vecino.

Prosa elegante

La prosa desplegada por la periodista y escritora es elegante y no abunda demasiado en las descripciones de ambientes. No dudamos que Candeleda, en plena sierra de Gredos coronada por el pico Almanzor, no es un lugar elegido al azar puesto que la conexión con la tierra es ya habitual en esta escritora. Las visitas que Gabriele y su tía hacen a la ciudad de Madrid rompen este lazo con la naturaleza. Una dicotomía necesaria porque en estos dos escenarios tan diferentes hay secretos que no se pueden guardar por más tiempo para que la novela avance. Los silencios se van rompiendo y a veces terminan en abrazos pendientes y otras lo ponen todo patas arriba como si solo la muerte de Greta no hubiera sido suficiente.

Barneda se deja la piel en los personajes de Gabriele, Félix, Sole, pero sobre todo en Greta que, a pesar de fallecer en las primeras páginas del relato a causa de un ictus, lo inunda todo. Está ahí, como una más, la conocemos por el narrador, por su familia y por ella misma porque parece susurrarnos al oído gracias a ese magnetismo que sus allegados decían que tanto desprendía. Luego están los secundarios como Cosme, que es el mejor amigo de Félix, y su hijo Uriel, dibujados sin tanto ahínco, pero necesarios en un libro de casi 580 páginas para que puedan existir los demás. Y desde luego no sorprende que en un relato tan extenso también haya algunos personajes sin mucho sentido.

No son los casos de Luis, el mejor amigo de Gabriele, que tiene una historia detrás bastante suculenta ni de doña Lola, con quien Greta trabajó de costurera en Madrid de jovencita. Las apariciones de esta señora de avanzada edad son contadas, pero suficientes para sellar su fuerte personalidad. Con maestría, Barneda consigue poner a todos los personajes de nuestra parte incluso cometiendo el lapsus de llamar primero Gallego Bermejo y después Gómez Bermejo a la familia de Sol y Félix.

Poco riesgo

En definitiva, ‘Un océano para llegar a ti’ hurga en nuestro interior para volver la mirada a los recovecos de nuestra memoria. Es la ausencia muy bien narrada sin caer en poética azucarada ni en el morbo. Es una novela coral escrita elegantemente, pero con un argumento que peca de falta de ambición y de poco riesgo y que, por tanto, a mi juicio este puesto de finalista en el Planeta le viene grande.

Ficha técnica

Autora: Sandra Barneda

Sello editorial: Planeta

Número de páginas: 576

Año de publicación: 2020

Temática: Contemporánea

Publicado en Novela de suspense

El laberinto de los espíritus

Es el cuarto libro de la saga de ‘El cementerio de los libros olvidados’.

Sinopsis

En la Barcelona de finales de los años 50, Daniel Sempere ya no es aquel niño que descubrió un libro que habría de cambiarle la vida entre los pasadizos del Cementerio de los Libros Olvidados. El misterio de la muerte de su madre Isabella ha abierto un abismo en su alma del que su esposa Bea y su fiel amigo Fermín intentan salvarle. Justo cuando Daniel cree que está a un paso de resolver el enigma, una conjura mucho más profunda y oscura de lo que nunca podría haber imaginado despliega su red desde las entrañas del Régimen. Es entonces cuando aparece Alicia Gris, un alma nacida de las sombras de la guerra, para conducirlos al corazón de las tinieblas y desvelar la historia secreta de la familia… aunque a un terrible precio.

E.M.Gallego

A este pasadizo se puede entrar por varias puertas. Las que Carlos Ruiz Zafón empezó a abrir allá por el año 2001 con la primera entrega de la exitosa saga ‘El cementerio de los libros olvidados’. Después de quince años, el autor concluyó en 2016 la tetralogía con ‘El laberinto de los espíritus’, casi 1.000 páginas en las que cierra la trama, las subtramas y despeja todas las dudas. Pero deja a sus fieles lectores con ganas de más. Este cuarto tomo está ambientado en la Barcelona de finales de los años 50 y entre estas líneas Daniel Sempere intentará desvelar el misterio de la muerte de su madre Isabella. Pero Ruiz Zafón nos lleva también hasta lo más profundo del franquismo con historias de abusos de poder, corrupción y de niños robados que aderezan la historia principal de manera magistral.

De nuevo, el autor nos brinda un homenaje a la literatura, a los libros, a las librerías y a los lectores en torno al establecimiento ‘Sempere e hijos’, situado en el mismo centro de la ciudad de Barcelona, y alrededor de ese espacio mágico al que van a parar los libros que se pierden en el olvido, los que nadie recuerda, pero que viven en esta especie de palacio en busca de un nuevo lector o de un nuevo espíritu. Dice Zafón en boca de sus personajes que «cada libro que ves aquí ha sido el mejor amigo de alguien». Qué verdad más grande.

Un as en la manga

Para esta conclusión de la saga, Carlos Ruiz Zafón se tenía guardado un as en la manga. ¡Y menudo as! Un personaje clave en la literatura de nuestro tiempo. Perfilada hasta el mínimo detalle, el escritor no ha dejado prácticamente nada a la imaginación del lector de los mundos interior y exterior de Alicia Gris, que sobrevivió a la Guerra Civil, pero a un precio bien alto. Alicia desvelerá la historia secreta de la familia Sempere mientras intenta descubrir el paradero de un alto cargo del Gobierno franquista. Como he comentado anteriormente, Alicia es la gran baza de ‘El laberinto de los espíritus’. Definida hasta lo más profundo de su alma, esta espía está en el centro de las intrigas, aventuras y pasiones que suceden en este tomo, que no se me ha hecho pesado a pesar de su longitud. Pocas cosas sobran en el relato.

Tiene tanta acción que avanzas a velocidad de relámpago sobre todo a partir de la segunda mitad y una vez que el escritor ya nos ha situado en el punto en el que se encuentra cada personaje de esta novela magistral. De verdad que no exagero con el adjetivo. Porque Ruiz Zafón nos lleva de nuevo a ese ambiente de la Barcelona más gótica con descripciones envolventes que para nada empañan el misterio y las intrigas de este thriller. Porque ‘El laberinto de los espíritus’ es la novela más policíaca de toda la tetralogía. Aquí hay muchas historias paralelas y en algún punto la novela se convierte en un delicioso caos en el que casi nada se ve venir.

El más intenso de la saga

Se podría decir que es el libro más intenso de la saga. Aunque al final todo confluye en la familia Sempere es cierto que en algún momento sus miembros pasan a un segundo plano viéndose eclipsados por el personaje de Alicia Gris, el que tiene más profundidad de todas estas historias. Fría, calculadora, nacida en las sombras de la guerra, Alicia llegará un día hasta la librería para sembrar un montón de dudas que solo se resolverán hasta bien avanzado el libro. Allí siguen al frente del negocio Daniel Sempere, su padre y su mujer Bea, con quien ha tenido al pequeño Julián. Todos conviven con los fantasmas del pasado y no saben hasta qué punto.

Está claro que Carlos Ruiz Zafón sabe conectar con el lector. Esto está fuera de dudas a estas alturas. Su narración hace que te olvides de todo lo demás, te traslades hasta esa Barcelona siniestra de persecuciones nocturnas, donde nadie es quien dice ser, y que te estremezcas con el modo de actuar de personajes sin escrúpulos y maquiavélicos siempre cegados por el ansia de poder. Además de la familia Sempere, en este plantel hay ministros de Franco, carceleros, espías, policías, agentes retirados y aprendices de detective y no todos corren la misma suerte. La prosa de Ruiz Zafón no perdona.

Barcelona puede considerarse un personaje más del libro.

A medida que avanzamos, vemos cómo Barcelona va despertando de esos años grises para dar con la ciudad de los Juegos Olímpicos de 1992 y la carrera sin freno del turismo masivo. Y en medio Zafón hace gala de un buen juego de trileros, mueve sus fichas con maestría y de manera ágil y fluida. Después de ‘La sombra del viento’, este es el segundo libro de la serie que más me ha gustado. Hay que reconocer que en este mundo literario los personajes de la familia Sempere se hacen ya un tanto repetitivos, pero esta pega -por llamarla de algún modo- se ve equilibrada por todo lo demás. ‘El laberinto de los espíritus’ está contado principalmente en tercera persona y esta voz narrativa nos hace cómplices de secretos que los personajes no conocen. Pero el lector recibe un revés detrás de otro -en forma de giro argumental-, que le dejan con la boca abierta para vengar precisamente este poder de información. Un juego muy bien estructurado. De igual modo hay fragmentos en primera persona.

Humor y machismo

Aunque parezca mentira, en ‘El laberinto de los espíritus’ también hay cabida para lo cómico, encarnado sobre todo en el personaje de Fermín. Este contrapunto de risa hace gracia, pero tiene una mirada machista -propia de aquellos tiempos- hacia la mujer que he terminado por darle la espalda. En esta novela, sin duda, hay dos grupos de personajes bien diferenciados. Por un lado, los que no hacen ascos a ningún tipo de crueldad y por otro los buenos de la familia Sempere. Me ha gustado, ante todo, que la protagonista sea una mujer.

‘La sombra del viento’ se publicó en 2001 y a esta primera novela siguió ‘El juego del ángel’ en 2008. Carlos Ruiz Zafón publicó ‘El prisionero del cielo’ en 2011 y cinco años después llegaría ‘El laberinto de los espíritus’, la conclusión de esta saga que recomiendo cien por cien y que, en menor medida, también transcurre en Madrid y en París.

Ficha técnica

Autor: Carlos Ruiz Zafón

Sello editorial: Planeta

Año de publicación: 2016

Número de páginas: 928

Temática: Suspense

Publicado en Aventuras

El orfebre

‘El orfebre’ es la primera novela de Ramón Campos.

E.M.Gallego

Sinopsis

Un joven de diecisiete años trabaja en el taller de orfebrería de su padre. Instruido en el oficio desde niño, le espera un prometedor futuro en la talla de piedras preciosas. Pero su vida experimenta un vuelco cuando conoce a Isabel, la hija de un aristócrata venido a menos que anuncia que concederá la mano de su hija a quien le ofrezca el diamante más grande que jamás se haya visto. De la agitada Barcelona a la bulliciosa Ámsterdam y su mercado de diamantes; de Holanda a Sudáfrica; de la refinada Ciudad del Cabo a las abrumadoras minas de Kimberley repletas de esclavos, pasando por el temible desierto de Karoo, el orfebre recorrerá un mundo fascinante, cautivador y cruel al mismo tiempo, junto al despiadado marqués de Terrassa y a la dulce esclava Etweda.

Ramón Campos ha tallado un diamante en bruto, quizás mucho mejor que el que durante toda su novela, ‘El orfebre’, persigue el protagonista. Empezando porque el libro, publicado en abril de 2019, goza de una ambientación que hace sentir al lector como el propio aventurero. La primera cruz en el mapa se sitúa en la Barcelona de finales del siglo XIX y en un país convulso metido de lleno en la Guerra de Cuba y en los alzamientos carlistas. Mientras, el personaje principal trabaja en una humilde orfebrería junto a su padre, al que apodan el Inglés, y su madre, que ejerce de dependienta y a cuya enfermedad van todos los ahorros de la familia.

Hasta que un domingo en misa Isabel, una niña de 15 años, se cruza con el protagonista en la iglesia de Santa Anna y ya nada volverá a ser lo mismo para ninguno de los dos jóvenes. Para empezar porque nos situamos en una época donde la vestimenta y la ubicación en los bancos de la iglesia ya marcaban la diferencia entre las clases sociales. Pero él, idealista donde los haya, cree que podrá salvar los obstáculos y emprende un viaje por Ámsterdam, Ciudad del Cabo, las minas de Kimberley y el desierto de Karoo junto al marqués de Terrassa y su esclava Etweda buscando el diamante más grande del mundo como dote para el padre aristócrata, que concederá la mano de su hija Isabel a quien consiga este reto para sacarles de apuros económicos.

Relato de vértigo

Tras la presentación de personajes y del contexto, Campos nos sumerge en un relato de vértigo que me ha encantado si bien es cierto que el enamoramiento del protagonista, un chico de 16 años del que no sabremos el nombre hasta el final del libro, me ha parecido un poco exagerado, ya que apenas se conocen más allá del típico recurso literario del cruce de miradas e intercambio de cuatro palabras por así decirlo. Al margen de esto -que no le resto importancia porque es el leitmotiv de la novela-, este libro de aventuras merece mucho la pena. Es ágil, de capítulos cortos, con una atmósfera que envuelve en todo momento y una fabulosa contrarreloj que engancha desde las primeras páginas por ver si el joven encuentra en cien días el diamante por el que luchan dos pretendientes más.

Por encima de todo me han gustado los consejos que el padre le da al chico para ejercer la profesión de la mejor forma posible y desde el respeto y la humildad. En breves capítulos estas recomendaciones se van intercalando en la novela con las partes dedicadas a la travesía. Ante todo le ayudarán a seguir adelante en este viaje lleno de vicisitudes. La primera es encontrarse con el marqués de Terrassa. Siempre acompañado de lupa y pinzas, un lingote de oro y la foto de Isabel, el joven orfebre se enfrenta a todo tipo de adversidades con la sabiduría del padre como escudo. El hijo las sigue a rajatabla sin ápices de rebeldía que podrían ser propios de su edad.

Novela de crecimiento

Es una novela de aprendizaje y crecimiento. Y es que otro punto a favor de ‘El orfebre’ es asistir en primera persona a la evolución del personaje principal, desde la inocencia hasta convertirse en un adulto que busca siempre las artimañas para ir un paso por delante sin perder de vista las enseñanzas de su progenitor y el recuerdo de su amada, que son su consuelo. La novela tiene grandes golpes de efecto que, al menos yo, no he visto venir en esta narración que abarca desde 1873 a 1890 a lo largo de 95 capítulos. Es la ópera prima de Ramón Campos.

En el relato se masca la tensión página a página. También el suspense y la intriga porque todos callan lo que saben y algunos no son quienes dicen ser. Cuanto más cariño coges al protagonista, más odias al marqués de Terrassa, un traficante de esclavos, listo como nadie y sin ninguna clase de escrúpulos. Bernardo García, que así es como se llama el antagonista, le obliga a que acepte a Etweda como esclava. Entre ellos cada vez la relación es más estrecha y nos deparará sorpresas, que para mí también está entre lo mejor de esta novela. A medida que avanza el texto poco sabemos de Isabel, quizás hubiera estado bien dotar de más profundidad a este personaje mientras el chico recorre las minas y mercados de diamantes para conseguir esa joya tan ansiada y contraer matrimonio. En esta travesía irán a caballo y en barco. El lector se siente un personaje más y a ello contribuye sin duda el estilo directo, visual y cinematográfico del autor, se nota que es guionista de cine y televisión. En ‘El orfebre’ no dejan de pasar cosas, la mayor parte de ellas son imprevisibles y se apuntalan con diálogos y narración a partes iguales. Es clara, va al grano, no sobra nada. La primera persona siempre es una buena elección para hacer del protagonista un personaje convincente y creíble. Para ponerte en su piel, angustiarte y admirar su arrojo y valentía.

¿Segunda parte?

Solo al final del libro -muy bien documentado-, veremos si la nieve, pasar frío en el desierto (sí, frío en el desierto) y sufrir las tormentas de arena y polvo le valen la pena al héroe de este relato de pinceladas épicas. Recomiendo recrearse sobre todo en la descripción dinámica de esta travesía a su paso por el peligroso desierto de Karoo. Además, a este diario o cuaderno de bitácora no le falta su parte onírica. Desde el punto de vista estructural, no hay tramas paralelas y la novela es cerrada aunque no queda descartada del todo una segunda parte. Pero que quede claro que en la última página todo está atado, y muy bien atado. Así, y por si no ha sido suficiente, el escritor da la campanada con su pluma regalando a algún personaje secundario un papel protagonista. Y algo mucho mejor; una vida digna para los esclavos que lo seguían siendo a pesar de haberse abolido la servidumbre.

Fragmento

-Hijo, hay cuatro formas de reconocer si un diamante es auténtico.

-¿Cuáles son, padre? -pregunté.

-La primera es que respires sobre él. Un diamante nunca se empaña. Si lo hace, puedes estar seguro de que es falso. La segunda es dejarlo caer en un vaso de agua, si se hunde el dimante es auténtico, si flota es falso. La tercera es calentar con una vela durante treinta segundos y dejarlo caer en un vaso de agua fría. Si es un diamante falso, se romperá. Al auténtico no le pasará nada.

-¿Y la cuarta?

-La última es poner el diamante sobre una hoja de periódico. Si puedes ver las palabras a través del diamante, quiere decir que es falso. Un diamante no te dejará ver nada. Si recuerdas esto, nadie podrá engañarte nunca.

Ficha técnica

Autor: Ramón Campos

Sello editorial: Planeta

Año de publicación: 2019

Número de páginas: 336

Temática: Aventuras